Por fin llegó el día, nos mudamos...
Empaquetamos nuestros libros, carpetas, bolis y juegos para llevarlas al nuevo centro... pero no sólo empaquetamos cosas sino también recordamos las experiencias vividas.
El duro comienzo de este proyecto volvió a estar presente en nuestras mentes y por supuesto la ilusión y el miedo que teníamos. Recordamos el camino que hemos andado durante estos 3 años y todas las emociones que lo han acompañado... como hemos crecido, aprendido y hemos llegado a muchas personas y ellas a nosotros.
Después de guardar todas las cosas en cajas, de que poco a poco el centro se fuera vaciando, de quitar el cartel... llegó el momento de la despedida. Con una mezcla de sentimientos y emociones en el equipo: pena, nostalgia, ilusión, miedo, recorrimos por última vez La Brújula 1.0... Pero como siempre el equipo unido, ante lo bueno y lo malo, ante el trabajo duro, ante los cambios, ante los días que nos quedaban por delante…
Y es que una vez más, al irme a casa en el coche, llena de emociones,
cansada por el trabajo de todo el día no pude más que dar las gracias y
sentirme feliz, porque trabajo con unas personas maravillosas, que hacen que las cosas difíciles parezcan fáciles... aunque
estemos cansados siempre sacan una sonrisa o dicen una frase de apoyo…
todos con una ilusión inmensa por este proyecto… cuando alguno cae
siempre hay otros para animarlo...
Y ya estamos en La Brújula 2.0.
Después de 4 días intensos de desembalar, montar muebles, crear estanterías, limpiar… Hoy abrimos nuestras puertas. Con más ilusión porque los cambios son necesarios y siempre traen cosas buenas, dispuestos a volver a hacer que se sientan a gusto viniendo a este nuestro segundo hogar. Y sobre todo siendo el equipo unido, profesional, cercano e ilusionado que somos.
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