15 jul 2015

CÓMO ABORDAR EL ACOSO ESCOLAR

Hoy voy a abordar un tema del que se está hablando mucho entre padres y madres, en los medios de comunicación, en los centros escolares, etc. Es el acoso escolar también llamado bullying.

El acoso escolar es un asunto que está haciendo sufrir a chicos y chicas en sus centros de estudios o en sus grupos de iguales, pues, por la razón que sea, no son respetados por los demás, no forman parte del grupo de clase, son rechazados y sufren por parte de alguno de sus compañeros agresiones físicas, psicológicas y emocionales. Por desgracia, las cifras de acoso parecen ir en aumento por el desarrollo de las nuevas tecnologías y las redes sociales. A las burlas en el ámbito del colegio se unen las que se hacen a través de vídeos o publicaciones en Facebook, Tuenti, etc., por lo que el impacto sobre la persona acosada es mayor.



Frecuentemente ocurre que los padres/madres no son conscientes de que su hijo/a y/o alumno/a esta siendo humillado/a hasta que ya lleva una buena temporada sufriendo. En otros casos, los padres y madres no son conscientes de que sus hijos/as son los que perpetran ese acoso. Es importante que los adultos estemos atentos a la manera en la que se relacionan las chicas y los chicos, y así poder apoyarlos en sus relaciones y en la resolución de los problemas que tengan.

Las cifras acerca de acoso que ha recogido el Defensor del Pueblo indican que un 3,9% de los estudiantes de enseñanza secundaria obligatoria han sufrido desde el comienzo de curso algún tipo de agresión física por parte de sus compañeros/as, un 27,1% habían sido objeto de insultos y un 10,5% sufrían situaciones de exclusión social.

Uno de factores influyentes en el establecimiento de relaciones sociales es el desarrollo del juego cooperativo en los primeros años de vida del niño y la niña. El juego es la principal herramienta de socialización. A través del mismo, los niños y las niñas aprenden a crear normas, respetarlas, a ceder, a tolerar la frustración, a ganar y perder, a compartir, a ponerse en los zapatos del otro, a explorar sus límites y a esperar su turno. Cuando este juego solo se da acompañado de un adulto que resuelve los conflictos que tiene su hijo o hija, el proceso de socialización queda incompleto. La niña o niño no habrá logrado la autonomía en la resolución de conflictos, y por ello, su actitud en los procesos relacionales pueda ser egocéntrica y despótica, o por el contrario, inhibida, dependiente del adulto o hipersensible.

Hay ciertos elementos que favorecen el proceso de socialización en nuestros hijos e hijas y previenen el acoso escolar:


· Enseñar a resolver los conflictos a través de la negociación y no de la presión. Guiar a los niños/as a hablar y expresar lo que necesitan del otro/a y del juego o la interacción; ayudarlos a ponerse de acuerdo, siendo ellos los protagonistas y nosotros facilitadores del proceso de la resolución del conflicto.

· Enseñar a los pequeños y pequeñas a tomar conciencia de sus derechos y también de sus obligaciones. Enseñar el valor del respeto que comienza con mi propio ser y se expande hacia los demás. Aprender a respetar a los demás en sus similitudes y en sus diferencias, en sus ideologías, gustos personales, forma de ser, etc…



· Enseñar a romper el silencio. Aprender a ser críticos y no aceptar actitudes y comportamientos violentos en cualquier contexto en el que nuestros hijos e hijas se encuentren. Recientemente se han dado a conocer en España los niveles de éxito del programa KiVa contra el acoso escolar que se ha implementado en Finlandia. Uno de los factores de éxito en esta problemática es la actitud del grupo. Cuando el grupo calla, la persona que ejerce el acoso siente poder e impunidad, cuando el grupo rechaza actitudes vejatorias, poco respetuosas o violentas, se elimina este poder y la persona acosada siente apoyo del entorno para poder defenderse.

Asimismo, hay valores que pueden ayudar a la convivencia del grupo:

· Honestidad: es la capacidad de ser asertivo/a, capacidad para estar con la otra persona teniendo en cuenta las sensaciones, emociones y sentimientos propios.

· Respeto: Capacidad de reconocer las necesidades que tengo y las necesidades de los demás.

· Responsabilidad: forma en la que la persona acepta hacerse cargo de su vida y de las elecciones que va haciendo, asumiendo también que las actitudes y acciones elegidas generan algo en los demás.

· Estima: capacidad de mostrarse tal cual es y valorarse con sus capacidades y sus limitaciones. 


Si sospechas o tienes la certeza de que tu hijo/a puede estar siendo acosado recomiendo informar al centro escolar y valorar la situación psicológica del niño.

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